Tras resistir el impacto de la pandemia, el inmobiliario afronta grandes desafíos de futuro como la colaboración con la Administración para impulsar proyectos y facilitar el acceso a la vivienda.
Aunque la crisis sanitaria ha tenido un impacto evidente sobre el sector inmobiliario, no ha sido una de las actividades más afectadas durante el último año. Hasta ahora, las secuelas que la pandemia ha dejado en este ámbito son moderadas, tanto en operaciones como en precios. Tras una larga recuperación que siguió a la crisis de 2008, el inmobiliario se encuentra hoy en una posición mucho más sólida para afrontar el escenario que deja el coronavirus.
En cualquier caso, el sector tiene por delante una serie de retos que marcarán su devenir en los próximos años, desde el desarrollo del modelo built to rent para potenciar el mercado de alquiler hasta la colaboración entre el ámbito público y privado para facilitar el acceso a la vivienda. Estos desafíos se abordaron en el encuentro digital Retos y nuevas tendencias del sector inmobiliario, que organizó EXPANSIÓN con el patrocinio de Ibercaja.
Balance positivo
Antes de la pandemia, los indicadores en el sector ya apuntaban una relativa desaceleración en la actividad y en los precios. La llegada del Covid paralizó casi todo entre marzo y abril, pero tras el confinamiento la actividad volvió a reactivarse muy rápido. Pedro Soria, director comercial de Tinsa, afirmó que "la vivienda de obra nueva sigue muy fuerte, pero la de segunda mano se ha visto mucho más afectada". Soria señaló que esta tendencia se mantendrá: "Esperamos un periodo de cierta desaceleración en compraventas y ajuste en precios, sobre todo en segunda mano, con mayor incidencia en las zonas sujetas a presión turística".
En clave de futuro, "esta crisis comenzó siendo coyuntural y sanitaria, pero con el paso del tiempo tendrá una repercusión importante sobre muchas variables económicas", remarcó Miguel Artazos, jefe de comercialización de inmuebles de Ibercaja. Así, comentó que el incremento de las daciones de pago en los últimos meses demuestra cómo la pandemia trasciende las cuestiones sanitarias. Asimismo, Artazos también se mostró preocupado por "el endurecimiento de las condiciones de financiación por parte de las entidades financieras".
Este aspecto puede acrecentar uno de los principales problemas del sector en España: el acceso a la vivienda. Pero, estas dificultades en la concesión de hipotecas contrastan con las perspectivas para la financiación de proyectos inmobiliarios. "Tenemos una gran oportunidad porque, por primera vez, existe interés de inversores internacionales a largo plazo por venir a España", explicó Concha Osácar, socia directora de Azora.
En la misma línea, "las políticas monetarias y fiscales aplicadas en Estados Unidos y Europa han permitido que haya una cantidad de dinero muy grande en el sistema, y vemos un apetito inversor muy grande por los activos inmobiliarios", aseveró Borja García-Egotxeaga, CEO de Neinor Homes. De este modo, se mostró optimista de cara a los próximos años: "La salida de la pandemia generará una ola de optimismo y de consumo que podría provocar una recuperación del PIB más rápida de lo previsto".
Retos
No obstante, son varias las asignaturas pendientes que debe afrontar el sector. La falta de vivienda asequible de alquiler a precio regulado es uno de los principales problemas. "El problema en España es que no se está ofertando el tipo de vivienda de alquiler que necesitan los jóvenes y las familias con ingresos limitados", indicó Concha Osácar. La socia directora de Azora hizo hincapié en que "es un momento clave para que los inversores institucionales a largo plazo ayuden a desarrollar este mercado de alquiler".
Hace cuatro meses, Cataluña activó la limitación del precio de los alquileres. Los expertos esperan que este tipo de medidas no se extiendan al resto del territorio nacional debido a sus posibles efectos adversos sobre el mercado, como muestran experiencias similares en otros países. Por ejemplo, su aplicación en Berlín ha provocado una fuerte caída de la oferta de vivienda en alquiler, hasta del 25% en un año. En este sentido, Osácar subrayó que "intervenir el mercado de alquiler con leyes desequilibradas tiene consecuencias negativas sobre el parque actual y desincentiva la inversión".
Por otra parte, la colaboración entre la administración y el sector privado resulta fundamental para dar respuesta a estos retos. "Para que todo esto funcione, lo primero que hace falta es seguridad jurídica con un marco estable y reglas del juego claras", apuntó Pedro Soria. De cara a que este tipo de operaciones puedan funcionar, agregó que "la administración debe entender que los proyectos se tienen que basar en la colaboración y no en una imposición pública a lo privado".
García-Egotxeaga manifestó que "algunas instituciones públicas sí han lanzado iniciativas a corto plazo que pueden solventar en parte los problemas de acceso a la vivienda y dinamizar el mercado de la construcción". Sin embargo, el consejero delegado de Neinor Homes lamentó que "estos temas se han politizado de forma excesiva y, cuando eso sucede, termina por impedir que se desarrollen políticas eficaces de largo plazo".
Sobre esta cuestión, "sería muy conveniente que hubiera un cambio de enfoque y una sensibilización por parte de la administración en diversos aspectos", remarcó Miguel Artazos. Entre otros, pidió más implicación en la puesta a disposición de suelos públicos y en la generación de un parque de viviendas sociales. El responsable de Ibercaja incidió en que son cambios necesarios para que el mercado de la vivienda se consolide como una realidad y una oportunidad de inversión.
FUENTE: https://www.expansion.com/economia/2021/01/26/600f3022e5fdeaf4288b459a.html